Sabías que…
En México se consumen en promedio 3,000 calorías diarias. La pizza, pan, donas, tortillas de harina, pasteles, etc. Forman parte de la dieta diaria del mexicano.
Sin embargo, estos alimentos hechos a base de harina, NO aportan ningún tipo de nutrientes a nuestro organismo. Al contrario, nos roban nutrientes y exigen un esfuerzo a nuestro cuerpo para poder procesarlos. Este “alimento” está despojado de tantos nutrientes que para que nuestro cuerpo pueda metabolizarlo y aprovechar la energía necesita tirar los nutrientes alojados en nuestros tejidos, de manera que lejos de alimentarnos este tipo de HARINAS actúan como ANTINUTRIENTES.
Además las Harinas convencionales entran a nuestro organismo y rápidamente se convierten en glucosa que se almacena en el hígado y otros músculos. Si el consumo de estos carbohidratos es excesivo la glucosa queda flotando en la sangre y se convierte en grasa almacenada.
Otras consecuencias del consumo de harinas (azúcares refinados) son la pesadez, sueño, dispersión mental, falta de memoria y tristeza. Además de las ya conocidas: obesidad, diabetes, hipertensión, envejecimiento prematuro, osteoporosis e hiperactividad en los niños.
La mayoría de nosotros conocemos todas las consecuencias de tener una alimentación hormonalmente incorrecta, pues los vivimos día con día. Pero algo pasa en nuestro cerebro que pareciera que somos “adictos” a estos alimentos.
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